
El público es un sujeto de opinión y como tal se constituye en un poder social por sí mismo. Lo que se forme como opinión pública adquiere poder hasta el punto por ejemplo de poner y quitar gobiernos. Podemos afirmar que la Opinión pública como Juicio Político de los Ciudadanos sólo se puede dar en una Democracia, debido a los presupuestos que la componen, es decir, para que exista una Opinión Pública que verdaderamente refleje el estado de la ciudadanía, que se hace necesario la existencia normativa de una serie de libertades para el hombre.
La opinión que tienen la mayoría de los ciudadanos sobre lo que sea, es de una potencia , que el objeto de su aceptación o de su rechazo avienta o encumbra al objetivo apuntado. Su poder es definitivo para la supervivencia de una forma de hacer las cosas en todo nivel. Todo el mundo le teme a su sanción. Esa es la razón por la cual los que se apartan del camino recto, que es el paradigma central de la opinión pública, acuden a la mentira y al engaño para disfrazarse, de tal modo que pueda confundir a la creencia de las masas.
Actualmente existe cierto consenso en que las élites son necesarias en la sociedad y que sería más bien pensar en su inexistencia. De hecho, con la caída de los socialismos reales y el ocaso de la utopía de una sociedad sin clases, las élites vuelven lentamente a ocupar un lugar central en la teoría social. Lo propio de una teoría de élites es el acento del conflicto entre distintas élites, así como también la imputación de responsabilidad por el decurso que va adoptando la sociedad y, por último, el énfasis en la agencia antes que en la estructura. De hecho, las élites pueden ser concebidas como actores claves para posibilitar o impedir el cambio de una sociedad. las elites controlan los medios de comunicacion y estos generan opinion publica.
Romel Solarte

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